En latinoamérica el único país que invierte más en material bélico es Brasil. Entre el 2007 y el 2008 el gasto militar en la región creció un 30%.
Si bien no se puede hablar de una carrera armamentista en América Latina, existe un notorio salto en el reequipamiento militar de la región. Según datos del Informe Militar 2008 del Centro para la Nueva Mayoría de Buenos Aires, los presupuestos militares de la región en el 2007 y el 2008 totalizaron US$39.143 millones y US$51.110 millones, es decir, un salto de un 30% en un año. Dentro de esos incrementos se destacan Venezuela, con un 29,06%, y Colombia, con un 37,07%.
En relación con el PIB, la inversión en material bélico pasó del 1.67% al 1.77% entre 2007 y 2008. La Comunidad Andina de Naciones (CAN), con 2,20% y 2,66%, supera al Mercosur, que registra el 1,48% y 1,56%.
Ese porcentaje en Chile es del 3,73% en 2008, en Colombia del 3,34% y en Ecuador del 3,81%. Sin embargo, tomado de conjunto, y teniendo que el índice mundial es del 2,5 %, se observa que se mantiene en general en el subcontinente un reducido esfuerzo en materia de defensa.
Brasil, con un presupuesto estimado para el 2008 de US$27.540 millones es el país que más recursos destina a la defensa, y representa más del 50% de los gastos en ese rubro de la región. Colombia ha pasado al segundo lugar con un porcentaje aproximado al 14%, Chile mantiene una participación similar a la colombiana, y Venezuela aparece en cuarto lugar, con un 6,5% del total de la región.
Brasil ocupa el puesto número doce en el mundo por gasto militar, de acuerdo con los datos del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, Sipri. Entre 1999 y 2008, el presupuesto militar aumentó un 29,9%, y si se toman en cuenta los años de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, el incremento fue del 50%.
Si bien el proveedor fundamental del Ejército brasileño sigue siendo Estados Unidos, el país está empeñado en una diversificación de sus abastecedores, desde que Washington se opusiera a la venta de unos aviones Tucano a Venezuela.
En estos momentos tiene lugar una puja por ganar la licitación de compra de aviones cazas para la Fuerza Aérea Brasileña, en la que compiten Estados Unidos, Francia y Suecia. El F-18 de Boeing (EE.UU.), el Rafale de Dassault (Francia) y el Gripen de SAAB (Suecia) fueron seleccionados como finalistas para la licitación que renovará la flota de Mirage 2000 brasileña con un primer paquete de 36 aeronaves, que puede ampliarse en el futuro.
Este 7 de septiembre, día nacional de Brasil, Nicolás Sarkozy visitará el país, y es posible que se anuncie la firma de un contrato para la compra de cuatro submarinos Scorpène franceses, que comporta la posibilidad de construir en Brasil submarinos de propulsión nuclear. Se maneja una cifra global de US$6.700 millones. El otro contrato para firmar en septiembre es la adquisición de medio centenar de helicópteros de transporte de tropas Cougar EC725 de la empresa europea Eurocopter.
Brasil también está negociando con Rusia el intercambio de tecnología para producir u nuevo avión militar junto con Embraer. El año pasado, las dos partes firmaron un acuerdo de cooperación técnico militar, aunque todavía no se conocen sus resultados concretos, pero sí se habla de la compra de helicópteros Mi-35, y también existe interés brasileño en aviones de entrenamiento, y otros rubros de producción militar. Sin embargo, Brasil excluyó a los aviones Su-35 rusos, de la licitación de cazas en la que compiten Francia, Suecia y Estados Unidos.
Chile fue el primer importador de armas en Sudamérica en el periodo 2004-2008, ascendiendo a la posición once en el mundo, desde el puesto 36 que ocupaba, según el Sipri de Estocolmo. Su presupuesto de defensa se duplicó entre 1997 y 2007.
Según el Balance Militar 2008 del Centro para la Nueva Mayoría, los fondos aportados por la Ley 13.196 Reservada del Cobre, que permiten disponer del 10% de las ventas al exterior de la minería estatal para la compra de armamento, permitieron un salto espectacular en la modernización del Ejército chileno, gracias a los altos precios internacionales del metal durante los últimos años. La inversión en ese rubro pasó de US$249 millones en 2004 a US$1.390 millones en 2008.
Este año, Chile planea gastar sobre US$1.000 millones en nuevas compras de material bélico, incluyendo US$500 millones de la Ley del Cobre. Se destaca la compra para la Fuerza Aérea de una segunda partida de 18 cazabombarderos F-16 MLU a Holanda, tres aviones de transporte bimotor CN-235 manufacturados por EADS-CASA de España, cinco helicópteros nuevos Mil Mi-17 rusos, 24 cañones autopropulsados M-109 y equipos de apoyo en Estados Unidos, por un valor de US$275 millones.
La fuerza naval también comprará a EADS-CASA cuatro aviones C-295 de patrullaje y exploración, que se sumarán a tres aeronaves del mismo tipo que fueron encargadas en el 2007.
El crecimiento de las compras chilenas es un factor de alarma en Perú, por el conflicto limítrofe entre ambos países. Ello ha llevado al presidente peruano Alan García a modernizar su Ejército. Con ese propósito, a fines de julio, anunció que está cerca de culminar una inversión de alrededor de US$700 millones para el llamado Núcleo Básico de Defensa. García indicó que ello significaba, entre otras cosas, la “puesta a punto” de los aviones de la Fuerza Aérea y el recambio de torpedos y misiles de la Marina, según el diario El Comercio.
Según datos del Sipri de Estoclomo, Venezuela fue el segundo mayor importador de armas de la región, por detrás de Chile, y el número 18 del mundo, escalando desde el puesto 55.
“Venezuela se ha centrado en la adquisición de aeronaves tanto de ala fija como rotativa, no obstante haber realizado también el encargo de una importante cantidad de buques de vigilancia marítima. A corto y mediano plazos Venezuela tiene presupuestado adquirir aviones de transporte, helicópteros de ataque, submarinos, blindados y medios de defensa antiaérea, que de concretarse posicionarán a su instrumento militar como uno de los más poderosos de la región”, dice el informe del Centro Nueva Mayoría en Buenos Aires.
La relación militar entre Rusia y Venezuela comenzó a tejerse cuando Estados Unidos restringió en el 2006 la venta de armamento a ese país. Entre 2005 y 2007, Moscú y Caracas firmaron contratos armamentísticos por un valor de US$4.400 millones. Rusia vendió a Venezuela 24 cazas Sukhoi, 50 helicópteros de combate y 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov, y en 2008 concedió un préstamo de US$1.000 millones para la adquisición de nuevo armamento.
En estos días, Chávez anunció la compra de tanques tipo BMP3, BTR y T-72 a Moscú, como reacción al anuncio de la ampliación de la colaboración militar entres Estados Unidos y Colombia.
Esto se suma a las compras de armamento por US$1.531 millones a Rusia y US$27 millones a China entre 2007 y 2008.
Sin embargo, como informa el experto del Centro de análisis de estrategia y tecnología de Moscú, Konstantin Makienko, las cosas no son como parecen: Venezuela estaría negociando la compra de 31 tanques que pertenecen al Ejército ruso, el cual se está desprendiendo de ellos y vendiéndolos a terceros países, en su plan de reducción militar.
La idea sería firmar el contrato en septiembre, cuando Chávez visite Moscú, pero uno de los principales problemas, es que Venezuela espera comprar a crédito.
Nicaragua también ha informado que está interesada en comprar entre cuatro y ocho aviones, y dos helicópteros rusos para modernizar sus fuerzas aéreas.
Rusia ofreció a Bolivia instalar en el país un centro de mantenimiento para reparar los aviones rusos que vuelan en Suramérica. Como contraprestación, Evo Morales solicitará los rusos un préstamo de US$100 millones para financiar la compra de armas y el nuevo avión presidencial, que costará US$30 millones.
Sorprendentemente, uno de los principales proveedores del Ejército ecuatoriano, alineado con Venezuela y Bolivia, no es ni Rusia ni China, sino la moderada Chile, cuyo gobierno acaba de venderle 14 aeronaves Mirage 50M Pantera, anteriormente utilizadas por la Fuerza Aérea de ese país, aunque los ecuatorianos también manifestaron interés en los helicópteros rusos.
Los mayores proveedores
Estados Unidos sigue siendo el mayor vendedor de armamentos a la región, con un total de casi US$7.000 millones entre el 2003 y el 2007, pero han empezado a sumarse nuevos proveedores.
Las ventas rusas a América del Sur aumentaron 900% entre 1999-2003 y 2004-2008 y su principal comprador fue Venezuela. Pero también compañías europeas, israelíes, chinas e indias tienen una importante presencia, y sacan ventaja de los conflictos ideológicos, o de la negativa de Estados Unidos a vender ciertas tecnologías en la región.
John Chipman, director general de Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, dijo en un seminario realizado en Chile que “China tiene relaciones militares directas con por lo menos media docena de países en América Latina y ha cooperado con Brasil en tecnología satelital, pero existe poca evidencia de que la diplomacia militar china sea problemática estratégicamente”.
India también está activa. En el Caribe, donde tiene vínculos étnicos, y en Sur América, donde avanza en proyectos de energía y recursos naturales, ya realizó su primer acuerdo de exportación de armas a Ecuador en el 2008, vendiéndole helicópteros ligeros, y con Rusia está promoviendo un misil crucero en la región.
Fuente: Por Patricia Lee, corresponsal de El País. (Colombia)
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