12 jun 2010

El zarpazo al acecho


La presencia serena de los miembros del Consejo de Seguridad que votaron en contra de la Resolución se expresó con la derecha firme de una mano de mujer, la representante de Brasil, que antes había expuesto con tono seguro las razones por las que su Patria se oponía al acuerdo.

El martes 8 de junio, escribí la Reflexión “En los umbrales de la tragedia” en horas del mediodía, más tarde vi el programa televisivo “Mesa Redonda” de Randy Alonso, que se divulga como norma a las 6 y 30 p.m.

Ese día, destacados y prestigiosos intelectuales cubanos que participaban en la Mesa, ante las agudas preguntas del director, respondieron con elocuentes palabras que respetaban grandemente mis opiniones, pero que ellos no creían que habría razón para que Irán rechazara la posible decisión ­-ya conocida- que adoptaría el Consejo de Seguridad la mañana del 9 de junio, en Nueva York ­-sin duda alguna acordada entre los líderes de las cinco potencias con derecho al veto: Estados Unidos, Inglaterra y Francia, con los de Rusia y China.

En ese instante, expresé a personas cercanas que me suelen acompañar: “¡Cómo lamento no haber finalizado mi Reflexión expresando que nadie deseaba más que yo estar equivocado!”, pero era ya tarde, no podía retrasar su envío al sitio Web CubaDebate y al diario Granma.

El día siguiente, a las 10 a.m., conociendo que esa era la hora de la reunión, se me ocurrió sintonizar la CNN en español, que con seguridad daría noticias del debate en el Consejo de Seguridad. Pude así escuchar las palabras con que el Presidente del Consejo presentaba un Proyecto de Resolución, promovido días antes por Estados Unidos, apoyado por Francia, Gran Bretaña y Alemania.

Hablaron también varios representantes de los principales miembros implicados en el proyecto. La representante de Estados Unidos explicó por qué su país lo aprobaba, con el consabido pretexto de sancionar a Irán por haber violado los principios del Tratado de No Proliferación Nuclear. A su vez, el representante de Turquía, una de cuyas naves fue víctima del brutal ataque de las fuerzas élites de Israel, que transportadas en helicópteros asaltaron en la madrugada del 31 de mayo la flotilla que llevaba alimentos para el millón y medio de palestinos sitiados en un fragmento de su propia Patria, manifestó la intención de su gobierno de oponerse a nuevas sanciones a Irán.

La CNN, en el espacio que disponía para noticias, presentó varias imágenes de manos levantadas a medida que expresaban con gestos visibles su posición, entre ellas, la del representante del Líbano, país que se abstendría durante la votación.

La presencia serena de los miembros del Consejo de Seguridad que votaron en contra de la Resolución se expresó con la derecha firme de una mano de mujer, la representante de Brasil, que antes había expuesto con tono seguro las razones por las que su Patria se oponía al acuerdo.

Faltaba todavía un mundo de noticias sobre el tema; sintonicé Telesur, que durante horas satisfizo la incontable necesidad de información.

El Presidente Lula da Silva expresó en la ciudad de Natal, al nordeste del país, dos frases lapidarias: que las sanciones aprobadas eran impuestas por “quienes creen en la fuerza y no en el diálogo”, y que la reunión del Consejo de Seguridad “podría haber servido para discutir el desarme de los que tienen armas atómicas”.

Nada de extraño tendría que tanto Israel como Estados Unidos y sus estrechos aliados con derecho al veto en el Consejo de Seguridad, Francia y Gran Bretaña, quieran aprovechar el enorme interés que despierta el Mundial de Fútbol para tranquilizar a la opinión internacional, indignada por la criminal conducta de las tropas élites israelitas frente a la Franja de Gaza.

Es por tanto muy probable que el zarpazo se dilate algunas semanas, e incluso, se olvide por la mayoría de las personas en los días más cálidos del verano boreal. Habría que observar el cinismo con que los líderes israelitas respondan las entrevistas de prensa en los próximos días, donde serán bombardeados con preguntas. Oportunamente, ellos irán elevando el rigor de sus exigencias antes de apretar el gatillo. Ansían repetir la historia de Mossadegh en 1953, o llevar a Irán a la edad de piedra, una amenaza que gusta al poderoso imperio en sus tratos con Paquistán.

El odio del Estado de Israel contra los palestinos es tal, que no vacilarían en enviar al millón y medio de hombres, mujeres y niños de ese país a los crematorios en los que fueron exterminados por los nazis millones de judíos de todas las edades.

La cruz gamada del Führer, pareciera ser la bandera hoy de Israel. No nace del odio esta opinión, sino del sentimiento de un país que se solidarizó y prestó albergue a los judíos cuando en los días duros de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno proyanki de Batista trató de enviar de regreso desde Cuba un buque cargado de ellos, que escapaban de Francia, Bélgica y Holanda, a causa de la persecución nazi.

Conocí muchos miembros de la numerosa comunidad judía radicada en Cuba, cuando triunfó la Revolución; los visité y hablé con ellos en varias ocasiones. Nunca los expulsamos de nuestro país. Las diferencias con muchos de ellos surgieron con motivo de las leyes revolucionarias que afectaron intereses económicos y, por otro lado, la sociedad de consumo atraía a muchos, frente a los sacrificios que implicaba la Revolución. Otros permanecieron en nuestra Patria, y prestaron valiosos servicios a Cuba.

Una etapa nueva y tenebrosa se abre para el mundo.

Ayer, a las 12 y 44 p.m. habló Obama sobre el acuerdo del Consejo de Seguridad.

He aquí algunas notas de lo que expresó el Presidente, tomadas de CNN en español.

“Hoy, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por mayoría a favor de una sanción contra Irán por sus repetidos incumplimientos…”

“Esta resolución es la sanción más fuerte que enfrenta el gobierno iraní y envía un mensaje inequívoco sobre el compromiso de la comunidad internacional por frenar la expansión de armas nucleares.”

“Por años, el gobierno iraní ha incumplido sus obligaciones recogidas bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear.”

“Mientras los líderes iraníes se esconden detrás de retórica, sus acciones los han comprometido.”

“De hecho, cuando asumí hace 16 meses, la intransigencia iraní era fuerte.”

“Le ofrecimos perspectivas de un mejor futuro si cumplía sus obligaciones internacionales.”

“Aquí no hay doble standard.”

“Irán violó sus obligaciones bajo las resoluciones del Consejo de Seguridad para suspender el enriquecimiento de uranio.”

“Por eso, estas medidas tan severas.”

“Son las más rigurosas que haya enfrentado Irán.”

“Esto demuestra visión compartida de que en Oriente Medio no conviene a nadie desarrollar estas armas.”

Estas frases que he seleccionado de su breve discurso son más que suficientes para demostrar cuán endeble, débil e injustificable es la política del poderoso imperio.

El propio Obama admitió en su discurso de la Universidad Islámica de Al-Azhar en El Cairo que “En medio de la Guerra Fría, Estados Unidos desempeñó un papel en el derrocamiento de un gobierno iraní elegido democráticamente”, aunque no dijo cuándo ni con qué propósitos. Es posible que ni siquiera se recordara cómo lo llevó a cabo contra Mossadegh en 1953, para instalar en el gobierno la dinastía de Reza Pahlevi, el Sha de Irán, al que armó hasta los dientes, como su principal gendarme en esa región del Medio Oriente, donde el sátrapa acumuló una inmensa fortuna, derivada de las riquezas petroleras de ese país.La presencia serena de los miembros del Consejo de Seguridad que votaron en contra de la Resolución se expresó con la derecha firme de una mano de mujer, la representante de Brasil, que antes había expuesto con tono seguro las razones por las que su Patria se oponía al acuerdo.

En aquel entonces el Estado de Israel no poseía una sola arma nuclear. El imperio tenía un enorme e incontrastable poder nuclear. Fue entonces que a Estados Unidos se le ocurrió la aventurera idea de crear en Israel un gendarme en el Medio Oriente, que hoy amenaza a una parte considerable de la población mundial y es capaz de actuar con la independencia y el fanatismo que lo caracterizan.

Fidel Castro Ruz

Junio 10 de 2010

11 y 59 a.m.