El Instituto Republicano Internacional (IRI), considerado el brazo internacional del Partido Republicano de Estados Unidos, y uno de los cuatro “grupos claves” de la National Endowment for Democracy (NED, Fundación Nacional para la Democracia), parece que sabía del golpe de Estado en Honduras contra el Presidente Manuel Zelaya con meses de anticipación. El IRI es muy conocido por su papel en el golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez en Venezuela, y por la financiación y asesoramiento estratégico proporcionados a las principales organizaciones involucradas en el derrocamiento del presidente Jean Bertrand Aristide, de Haití, en 2004. En los dos casos, el IRI financió y/o entrenó y asesoró a los partidos políticos y grupos implicados en el derrocamiento violento y antidemocrático de los presidentes constitucionales.
Después del golpe de Venezuela en abril de 2002, el entonces presidente del IRI, George Folsom, envió una nota de prensa en la que celebraba el golpe y afirmaba que: “El Instituto ha servido de puente entre los partidos políticos de la nación y todos los grupos de la sociedad civil para ayudar a los venezolanos construir un nuevo futuro democrático…” Horas después, cuando el golpe ya había fracasado y el pueblo venezolano había rescatado a su presidente, a quien habían secuestrado y encarcelado en una base militar, y también había restituido el hilo constitucional, el IRI se arrepintió de la premura con la que aplaudió públicamente el golpe. Una de sus principales financistas, la NED, estaba furiosa porque el IRI reveló públicamente la financiación del gobierno estadounidense a los líderes del golpe de Venezuela. El presidente de la NED, Carl Gershman, estaba tan molesto con la metedura de pata del IRI, que envió una carta a Folsom, castigándolo, y diciendo: “A través de tu aplauso al golpe –por cierto, sin ninguna reserva–, metiste al IRI dentro de la sensible política interna de Venezuela.” Gershman habría preferido que el papel de la NED y el IRI de fomentar el golpe contra el presidente Chávez se hubiese mantenido en secreto.
El senador John MacCain es el presidente del IRI, que se creó en 1983 como parte de la misión de la NED para “promover la democracia en el mundo”, un mando del presidente Ronald Reagan. En realidad, uno de los fundadores de la NED, Allen Weinstein, lo explicó de esta manera en una entrevista con el Washington Post en 1991: "Mucho de lo que hacemos hoy lo hacia antes la CIA, hace 25 años, de manera encubierta." La historia del IRI, según su web, (www.iri.org) también explica que originariamente su trabajo estaba en América Latina, durante el periodo en el que la administración de Reagan estaba bajo presión del Congreso estadounidense por financiar a los grupos paramilitares y a los escuadrones de muerte en Centro y Suramérica, para instalar regímenes subordinados a los intereses estadounidenses y neutralizar a los movimientos izquierdistas. “El Congreso respondió al llamado del presidente Reagan en 1983 cuando creó la National Endowment for Democracy (NED) para apoyar a los demócratas emergentes en el mundo. Se crearon cuatro institutos sin ánimo de lucro para llevar a cabo este trabajo: IRI, Instituto Demócrata Nacional para Asuntos Internacionales (NDI), Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE) y Centro Americano para la Solidaridad Laboral (ACILS).”
“En sus inicios, el IRI estaba enfocado a sembrar las semillas de la democracia en América Latina. Desde finales de la Guerra Fría, el IRI ha ampliado su alcance para apoyar la democracia y la libertad por todo el planeta. El IRI ha conducido programas en más de 100 naciones.”
En principio el IRI, además de los otros grupos claves de la NED, financió organizaciones en Nicaragua para fomentar la desestabilización del gobierno sandinista. El periodista Jeremy Bigwood explicó parte de este papel en su artículo, “No Strings Attached?” (http://www.inthesetimes.com/main/article/3697/): “Cuando la retórica de la democracia se pone de lado, la NED es una herramienta especializada en penetrar en la sociedad civil de otros países, hasta la base popular” para lograr los objetivos de la política exterior estadounidense, escribe el profesor William Robinson de la Universidad de California Santa Barbara, en su libro, A Faustian Bargain. Robinson estuvo en Nicaragua durante los años ochenta y fue testigo de cómo la NED trabajó con la oposición nicaragüense, respaldada por Estados Unidos, para derrocar a los sandinistas en las elecciones de 1990.”
La evidencia del papel del IRI en el golpe de Estado de 2002 en Venezuela se ha documentado e investigado ampliamente. Las pruebas de esa participación, que continúa hasta hoy en día en cuanto al trabajo del IRI, su financiamiento, asesoramiento estratégico y entrenamiento de partidos políticos y grupos en Venezuela, están disponibles a través de documentos obtenidos bajo la Ley de Acceso a la Información de EEUU (FOIA, por sus siglas en inglés), en esta web: http://venezuelafoia.info/iri.html, y también en mi libro, El Código Chávez: descifrando la intervención de Estados Unidos en Venezuela (Monte Ávila Editores, 2006). Ninguna de las evidencias que se refieren al papel del IRI en fomentar y apoyar el golpe de abril de 2002 en Venezuela y su apoyo continuo a la oposición venezolana han sido desmentidas por el instituto, principalmente porque toda la evidencia citada procede de la documentación interna del IRI y la NED, obtenida bajo la ley FOIA.
Entonces, cuando ocurrió el golpe de Estado en Honduras contra el presidente democráticamente elegido, Manuel Zelaya, había pocas dudas de las huellas estadounidenses. El nombre del IRI apareció como receptor de un fondo de 700.000 dólares durante 2008 y 2009 para promover los programas de “buena gobernabilidad” en países centroamericanos, incluida Honduras. Otro fondo de 550.000 dólares para trabajar con “centros de pensamiento” y “grupos de presión” en Honduras, para influir en los partidos políticos, también fue otorgado por la NED al IRI en 2008-2009, detallando que el IRI “apoyará iniciativas para implementar posiciones políticas durante las campañas de 2009. El IRI pondrá énfasis especial en Honduras, país que tiene elecciones presidenciales y legislativas en noviembre 2009.” Ésta es una clara intervención en la política interna de Honduras.
La Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), también suministra a Honduras alrededor de 49 millones de dólares al año, gran parte de los cuales se orientan a programas que “promueven a la democracia”. La mayoría de los receptores de esta ayuda en Honduras, que asume la forma de financiamiento, entrenamiento, recursos, asesoramiento estratégico, asesoramiento comunicacional, fortalecimiento de partidos políticos y capacitación de liderazgo, son organizaciones vinculadas directamente con el golpe de Estado, como el Consejo Nacional Anticorrupción, el Arzobispado de Tegucigalpa, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), el Consejo de Rectores de Universidades, la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), el Foro Nacional de Convergencia, la Federación Nacional de Comercio e Industrias de Honduras (FEDECAMARA), la Asociación de Medios de Comunicación (AMC), el Grupo Paz y Democracia, y el grupo estudiantil, Generación X Cambio. Estas organizaciones forman parte de una coalición que se denomina “Unión Cívica Democrática de Honduras”, la cual ha respaldado públicamente el golpe contra el presidente Zelaya.
La secretaria de prensa del IRI, Lisa Gates, respondió a las acusaciones sobre el IRI y su financiamiento o ayuda (que también incluye ayuda no financiera, como entrenamiento, asesoramiento y recursos) a grupos involucrados en el golpe de Honduras diciendo que son “reportajes falsos”. Sin embargo, existen varios vínculos interesantes entre la organización republicana y el violento golpe de Estado contra el presidente Zelaya que sí indican la participación del Instituto, además del millón de dólares mencionado arriba que han invertido este año en Honduras. Adicionalmente a su presencia en Honduras como parte del programa de “buena gobernabilidad” e “influencia política”, el director regional del Programa América Latina y el Caribe del IRI, Alex Sutton, ha estado muy involucrado con muchas organizaciones de la región que han respaldado el golpe en Honduras. Sutton acudió como invitado especial a una conferencia celebrada recientemente en Venezuela, patrocinada por la organización CEDICE, Centro para la Divulgación de Conocimiento Económico, que recibe financiamiento de la NED y el USAID. La directora de CEDICE, Rocío Guijarra, fue una de las principales ejecutoras del golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez y ella, personalmente, firmó un decreto que instaló en el país la dictadura que afortunadamente fue derrotada por el levantamiento y la fuerza del pueblo. La conferencia de Venezuela en la que participó Sutton, durante los días 28 y 29 de mayo pasado, fue organizada por varios líderes de la ultraderecha latinoamericana, como el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, quien ha llamado al derrocamiento del presidente Evo Morales en varias ocasiones, el peruano Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro, quienes ya han avalado públicamente el golpe contra el presidente Zelaya en Honduras, y numerosos líderes de la oposición venezolana, la mayoría de los cuales son conocidos por su papel en el golpe de abril 2002 y diferentes atentados contra la democracia desde entonces. La mayoría de los presentes en la conferencia de CEDICE en mayo 2009 han expresado públicamente su apoyo al golpe contra el presidente Zelaya.
Pero una evidencia más contundente que vincula al IRI con el golpe en Honduras, es un video clip disponible en la web del instituto, en http://www.iri.org/multimedia.asp. El clip o “podcast”, incluye una presentación de diapositivas de Susan Zelaya-Fenner, asistente del programa del IRI, el 20 de marzo de 2009, explicando los programas de “buena gobernabilidad” en Honduras. Curiosamente, al principio de la presentación, Zelaya-Fenner explica lo que ella considera “un par de hechos interesantes sobre Honduras”. Estos “hechos” incluyen, según ella, que “Honduras es un país muy olvidado en una región muy pequeña. Honduras ha tenido más golpes militares que años de independencia, se ha dicho. Sin embargo, paradójicamente, en tiempos recientes se ha considerado al país un “pilar de estabilidad” en la región, hasta llamarlo el “U.S.S. Honduras”, porque ha logrado evitar todas la crisis que sufrieron sus vecinos durante las guerras civiles en los años ochenta.”
Es importante aclarar que cuando Zelaya-Fenner se refiere al “U.S.S. Honduras” y su “suerte” de haber “evitado todas las crisis que pasaron sus vecinos durante las guerras civiles de los años ochenta”, es porque el gobierno estadounidense, la CIA y el Pentágono utilizaron Honduras como punta de lanza para los ataques contra los vecinos de Honduras. El entonces embajador estadounidense, John Negroponte, junto con el Coronel Oliver North, entrenaron, financiaron y planificaron las misiones paramilitares y los escuadrones de muerte que asesinaron, torturaron, persiguieron, hicieron desaparecer y neutralizaron a docenas de miles de campesinos e “izquierdistas” en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Continúa Zelaya-Fenner, “Entonces, Honduras ha estado estable recientemente, y siempre ha sido pobre, lo que significa que está bajo el radar y recibe poca atención. El actual presidente, Manuel Zelaya y sus panas, los izquierdistas de América Latina, han causado bastante desestabilización política en el país. Zelaya es un imitador de Hugo Chávez y de la revolución social de Hugo Chávez. Ha pasado gran parte de su administración intentando convencer al pueblo hondureño, personas muy prácticas y centristas, de que el camino venezolano es la vía que hay que tomar. Las tendencias izquierdistas de Zelaya intensifican los problemas ya existentes. La corrupción está peor que nunca, el crimen ha aumentado más que nunca. El narcotráfico y la violencia están pasando por la frontera de México. Y existe un verdadero sentimiento en el país de que hay una desestabilización interna, lo cual es nuevo en la historia hondureña. Se pensaba que los golpes de Estado eran de hace tres décadas, hasta ahora (se ríe y se ríe la audiencia), de nuevo.”
¿De verdad dijo eso? Sí, y puedes escucharlo (en inglés) en su “podcast”. ¿Es una mera coincidencia que el golpe contra el presidente Zelaya ocurriera sólo tres meses después de esa presentación? Funcionarios del Departamento de Estado han admitido que sabían que el golpe estaba en marcha desde hace varios meses. El Subsecretario de Estado Thomas Shannon estuvo en Honduras la semana antes del golpe, supuestamente para negociar una salida alternativa al golpe. Sin embargo, Washington siguió financiando, por medio de la NED y la USAID, a los mismos grupos, partidos y sectores militares involucrados en la planificación y ejecución del golpe. Es un hecho público que Washington estaba molesto con las alianzas del presidente Zelaya en la región, principalmente con países como Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y también es de conocimiento público que el presidente Zelaya estaba en el proceso de remover la presencia militar estadounidense de la base militar de Soto Cano (Palmerola) y que con un fondo de los países del ALBA (Bolivia, Cuba, Ecuador, Dominica, Honduras, Nicaragua, San Vicente, Antigua y Barbados y Venezuela) iba a convertir la base del Pentágono en un aeropuerto internacional.
En su presentación, Zelaya-Fenner explica la importancia estratégica de Honduras, "¿Por qué importa Honduras? Mucha gente lo pregunta, incluso los expertos e historiadores hondureños. Algunos argumentan que no importa mucho, y en términos globales es difícil contrarrestar esa opinión. Sin embargo, el país tiene una importancia estratégica para la estabilidad regional, y éste es un año electoral en Honduras. Es un tiempo estratégico y hay que apoyar a los demócratas en un momento en que la democracia está bajo ataque en la región.”
No hay duda de que el golpe contra el presidente Zelaya es un esfuerzo para socavar a los gobiernos regionales que están implementando modelos alternativos al capitalismo y desafían los conceptos estadounidenses de la democracia representativa como “el mejor modelo”. Países como Venezuela, Bolivia y Ecuador están construyendo modelos exitosos, basados en la democracia participativa, que aseguran la justicia económica y social y priorizan la prosperidad social colectiva por encima de la economía de mercado. Estos son los países, ahora junto con Honduras, que han sido víctimas del intervencionismo de la NED, la USAID, el IRI y las demás agencias de Washington que quieren derrocar sus emergentes democracias.
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