22 dic 2009

LAS ZONAS FRANCAS, UN NEGOCIO SIM LIMITES.

Hace tiempo ya que nuestro país ha dejado se ser un país con emprendimientos
industriales serios, sino que una de las cualidades mayores de la política del
gobierno del Frente Amplio, ya en sus últimos meses y con una transición que
ha comenzado, muestra el desarrollo de zonas francas en cada rincón
del país. Ellas van surgiendo en todas partes desde el pleno centro de
Montevideo, a sus zonas no urbanas, hasta los más diversos departamentos
lo que habilita una gran desarrollo de los emprendimientos comerciales
y productivos fuera del control del estado nacional.
Es éste uno de los mayores exponentes de inversión económica que no conoce
ningún tipo de restricciones impositivas a las poderosas inversiones de capital,
que la mayoría vienen bajo la modalidad de zona franca.
En realidad, es una de las nuevas modalidades de la inversión del capital en el país,
que posibilita un verdadero reaseguro de la ganancia, con salarios muy bajos,
y también con exoneraciones impositivas totales, que nos pone ante un verdadero
paraíso fiscal, que por otra parte habilita todo tipo de negocios muchos de ellos
con conexiones con el delito como ha quedado expuesto en estos días.
Sin embargo estos emprendimientos han sido largamente promovidos por el gobierno
del Frente Amplio, pues están dentro de la lógica del debilitamiento
del “gasto” del estado nacional y la mayor penetración, de capitales muchos
de ellos de dudosa procedencia que continúan llegando, para incrementar
sus beneficios luego que el gobierno y el estado les proporciona enormes
beneficios y protecciones que no tiene ni el trabajador , ni el conjunto de emprendimientos
productivos nacionales.
Este es el tipo de capitalismo que se va produciendo con nuevas y mayores facilidades
al ingreso del capital que afecta a la vida nacional y sus posibilidades de desarrollo,
en la medida que por facilitar este tipo de emprendimientos y se limita otros.
Recientemente todos los 700 obreros de Metzen y Sena, han pasado al seguro
de paro, la fábrica cerró y desde aquí nos preguntamos cual será su destino,
por más que desde aquí podemos imaginarlo.
El próximo gobierno ya ha adelantado que necesita mayores y más suculentas inversiones,
que continuará con la obra del gobierno actual, y que promoverá mayores beneficios al
capital para que el país se desarrolle.
Según Mujica, el futuro presidente electo, ésta es la única forma que haya trabajo,
para los uruguayos que “no quieren trabajar”.
Sin duda que la existencia de zonas francas constituye un gran estímulo al desarrollo del capital, y que este a su vez controle al país, en un marco creciente de nuevas y mayores privatizaciones, todo ello se ha desarrollado en un marco de mayor aceptación de la dirigencia sindical,
del Pit Cnt, que ven en el fenómeno “mayor cantidad de puestos laborales”, pero no ven en
ello una mayor explotación de éste.
En la medida que el estado se achica, en su poder económico real pues avanzan las privatizaciones de las empresas públicas, las zonas francas operan como verdaderas
factorías sin control de nadie, nada más que de sus dueños privados nacionales o extranjeros,
que desde el punto de vista del resultado final, es lo mismo.
El “país productivo”, largamente proclamado por el gobierno con un sistema impositivo largamente afilado para cobrar impuestos y estar a la vanguardia con en el mercado interno,
por supuesto que a los dueños de estos paraísos fiscales, nadie los toca.
Esta es la obra del gobierno y su política y de la enorme popularidad del
primer mandatario, ya saliente.

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